“El Penúltimo adiós”.





De Justicia. Escrito por Alejandro de Jesús Castellanos.

Carta a un amigo, hermano, compañero y maestro, que se nos ha ido a destiempo.

“En el período correspondiente desde las 11:40 a.m. y las 12.00 m., tuve
un encuentro con un hombre con el cual me he relacionado por
aproximadamente 55 años.

Ese evento tuvo lugar en un centro de salud. Yo en perfectas condiciones,
él postrado en una cama especial para enfermos, semi inconsciente, solo,
respirando con dificultad en el área de cuidados intensivos, intentado
hablar ambos. El con la mímica, yo con la voz quebrada, ninguno de los
dos pudo expresarse, si movimos los labios, pero los sonidos no salían,
solo pude decirle "Coronel", le tomé la mano izquierda, esa que está en la
vía del corazón, sentí que sus dedos me presionaban, hablando a través
de ellos.

Al decirle "Coronel", los movió con más decisión, sabía con quien estaba
pero no podía expresarse

Este fue el penúltimo adiós entre dos amigos que, como hermanos
transitamos el plano de la amistad desde el año 1964.  Época a través de la
cual disfrutamos de la obligada juventud que, poco a poco se va y deja
sus huellas marchitas, marcando con arrugas la piel y cubriendo con el
color gris, blanquecino el pelo, o la caída de éste, solo para tener l
oportunidad de recordar la época de la fortaleza, la divina juventud.

Fue un penúltimo adiós, leve, breve pero lleno de amor, au
dejo de angustia, ante la impotencia de no poder hacer nada ante ese
penúltimo instante entre dos amigos, uno que partirá hacia la sombra
insondable, otro que se dirige a la luz, pero también la grisácea sensación
de la despedida, irremediablemente irá hacia esas sombreas
Es mi amigo José Ananías Benoit Gómez, a quien me compelí verle en un
lecho clínico, solo con su quebranto que poco a poco le extrae la vida”.

Escrita el 30 /01/ 2019 a las 4:28 p.m.

Hasta otra entrega


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